La Unicameral de la provincia de Córdoba protagonizó uno de los momentos más vergonzozos de la historia democrática, desperdició horas y horas de la última sesión debatiendo su reglamento interno, su funcionamiento; y ahí surgieron decenas de anécdotas de la historias de la Legislatura provincial, y de la trayectoria política de cada uno de los legisladores, con absoluta inutilidad.
La discusión era que buena parte de los legisladores opositores, no todos, querían imponer la decisión de día y horario de concresión de la asamblea plenaria del cuerpo; comenzaron argumentandolo como una necesidad democrática y terminaron acusando al oficialismo de no querer sesionar, se escucharon acusaciones extremas de uno y otro lado; sin embargo nada de lo que se dijo en las horas que llevó el debate del tema aportó una sola solución para la vida de los cordobeses.
Estas son las cosas que contribuyen al descrédito de la política; el desapego de la vida de los ciudadanos, el olvidarse durante horas cuál es la prioridad de su función; y después cuando escuchan a la gente diciendo que no les interesa lo que hacen, se ofenden; anoche, los cordobeses debieran haberse sentido ofendidos.
Se la pasaron horas acusandose de que son unos saltimbanquis de la política, de que sus jefes en Buenos Aires hacen una cosa y ellos otra en Córdoba, de que la historia dice lo que cada uno quiere que diga; absolutamente inútil.
Los legisladores no están sólo para sesionar un día a la semana, si es así son unos estafadores, porque su tarea es trabajar todos los días en los problemas de la gente, escuchar a los cordobeses, armar las leyes en comisiones y aprobarlas en los plenarios.
Lo único que querían era sacarse ventaja política, como siempre; señoras y señores legisladores, a ningún cordobés le importa cuándo sesionan, trabajen y dejense de politiquería barata.
Ojalá esta crítica, que busca ser constructiva, los haga reflexionar, porque anoche demostraron que no están a la altura de lo que Córdoba necesita, y después de ese ejemplo lo más sano sería que dejen sus lugares a gente que si tenga buenas intenciones.
Daniel Ponce, Director de Política Córdoba Verdad.
