La Unión Cívica Radical de Córdoba celebró su Congreso partidario para prorrogar los mandatos de las actuales autoridades con un desarrollo que mostró el franco deterioro que sufre la histórica entidad política de Córdoba, no por el resultado sino por su desarrollo.
La resolución final del Congreso que mantiene todo como estaba dentro del radicalismo de Córdoba, con un resultado en los papeles del voto de 95 Congresales contra 4 en realidad esconde la dura crítica de un sector importante que se retiró del evento, dejando expresado los motivos y que dejó sin funcionamiento a la instancia institucional, se fueron casi la mitad de los Congresales titulares, lo que generó que se tuvieran que convocar a Congresales suplentes, quienes finalmente dieron a las actuales autoridades este resultado que difiere mucho con la realidad partidaria interna.
Horacio Fabre, el referente de Línea Córdoba, el histórico espacio fundado por Eduardo César Angeloz, cuestionó duramente la decisión de las autoridades partidarias y, junto a congresales titulares de Línea Córdoba de Capital, Calamuchita, Minas, Río Cuarto, Río Primero, Tercero Arriba, Totoral y Sobremonte, presentaron un crítico documento que comienza diciendo: «La aprobación de esta “autoprorroga de mandatos” -configurará otro mal precedente institucional, y la profundización de la idea de que al radicalismo lo gerencian cuatro familias, pero no lo conduce nadie».
«Se plantean autoridades de facto. La excusa es la competitividad electoral señores congresales, pero a ese verso ya lo escuchamos. Lo único que resultará de este acto vergonzoso e ilegal, es que vamos a dejar a nuestra institución partidaria sin gobernabilidad real y sujeta a una intervención judicial» dice el documento de Línea Córdoba en otro de sus párrafos.
La expresión de Línea Córdoba, la de los Congresales del interior de la provincia, es otra expresión de las tantas que se suceden desde hace tiempo en la Unión Cívica Radical de Córdoba, y algunos dicen que es el preludio de una necesaria renovación en un partido que, tal como dice Fabre, hace más de veinte años que es conducido por las mismas tres, o cuatro familias, Mestre, Negri, Aguad y ahora De Loredo, un desprendimiento, y no tanto, del anterior; no es algo que no se haya denunciado antes, pero se suma a lo que ya viene aconteciendo hacia adentro del partido rojo y blanco; dicen que en lo inmediato un impacto y posible es la falta de acompañamiento militante a las definiciones que tome «el partido» en lo electoral, y luego de eso el avance definitivo por el cambio de este status quo que ya casi ningún radical de Córdoba está dispuesto a seguir aceptando.