La discusión por la modificación de la ley 10406 que reformó el Código Electoral provincial en 2016, o encontrar algún mecanismo para ponerla en suspenso, es un deseo más de algunos legisladores que de los intendentes, quienes no estarían tan preocupados por el tema como dicen.
Si bien algunos números indicaban que una abrumadora cantidad de intendentes están preocupados por la norma que no les permitirá una nueva reelección en 2023, más de 250 entre radicales y peronistas, algunos sostienen que esos números son relativos; dejando a un lado aquellas localidades que tienen Carta Orgánica serían muchos los Intendentes que no tienen interés en repetir en el cargo, muchos de ellos porque tienen otras aspiraciones políticas, en 2023 van a querer ser legisladores provinciales, y otros por ser parte de un esquema local que ya tiene resuelto el tema.
En cambio la norma que no permite la re re elección si es un problema para algunos legisladores que, si no pueden ser reelectos en 2023, se deberán volver a sus casas; difícilmente quieran volver a ser intendentes de sus localidades, salvo alguna excepción, y están convencidos de que no tienen demasiadas posibilidades de formar parte de un hipotético futuro gabinete de gobierno provincial, y tampoco podrán aspirar a algún lugar en las boletas nacionales.
Basta repasar la actual nómina de legisladores provinciales, de ambos lados del pasillo, incluyendo a algunos que están de licencia, para reparar que son varios los que llevan bastante tiempo en una banca provincial, en varios casos alternando con alguna otra función política, pero que en caso de necesitarlo, por imperio del Código Electoral no podrían volver a postularse como legisladores.
El argumento más «atendible» de que la llegada de la pandemia les habría impedido desarrollar sus planes de gobierno por tener que abocarse a la crisis sanitaria es la mejor excusa hasta el momento, aunque lo mismo pasó en todo el mundo y no se dictaron normas de excepcionalidad; sin embargo, aun aceptando esa porción de la realidad como razón, debería ser atendida sólo para los intendentes que quieran volver a presentarse, pero no correspondería para los legisladores a los que la situación sanitaria no les afectó ningún plan, al contrario, estuvieron cumpliendo su rol al lado de la gente pero no es necesario que por eso se les aplique ninguna excepción en la normativa vigente.
Así entonces, una vez que se repasa las apetencias de cada intendente y se verifica la nómina de legisladores, algunos de ellos de mucho peso en el actual esquema de poder, los datos parecen confirmar que la preocupación por la re re elección es más un tema de legisladores que de intendentes, razón por la cual tampoco preocuparía demasiado al gobernador Juan Schiaretti, que no tiene ningún interés en que ese tema sea un problema.
