En los últimos días ha vuelto a tomar fuerza el nombre de Alejandra Vigo como candidata a vicegobernadora de Martín Llaryora; a priori y en un primer y rápido análisis los que dicen que saben de política descartan esa posibilidad; aseguran que nadie en su sano juicio va a dejar una banca en el Senado de la nación, con todo lo que eso implica, pero principalmente la importancia de ser parte del poder político nacional, que está en Buenos Aires; de la misma, manera aseguran que sería absurdo volver a la Legislatura de Córdoba, no olvidar que una de las funciones de la vice gobernación es conducir la Unicameral, lugar del que se fue hace poco más de un año.
Estos análisis se hacen desde la teoría de la política, sin embargo a los analistas objetivos se les olvida la subjetividad del peronismo, y de estas próximas elecciones. El justicialismo cordobés no sólo disputará la gobernación este año, se juega ni más ni menos que su propia supervivencia; alejado y enfrentado con el peronismo nacional, si pierde la provincia pierde casi todo su poder. Entonces, desde ese punto de vista, si es necesario que Alejandra Vigo sea candidata a Vicegobernadora, lo será.
Otro análisis es si es la más apropiada, seguramente es lo mismo que por estas horas se preguntan Martín Llaryora y Juan Schiaretti, y la lista de opciones parece ser cada vez más corta.
Vigo significa el equilibrio de una representante del schiarettismo en la fórmula, lo que dejaría más tranquilos a muchos; y también significa el aporte de buena parte del peronismo de Capital alineado en ese sector, al menos en los papeles.
Y quiénes otros aportarían algo importante a la fórmula para la gobernación de Hacemos por Córdoba; repasando nombres el primero que surge es el de Juan Manuel Llamosas, intendente de Río Cuarto, supone la tradicional presencia de un hombre del sur provincial, y representante de la segunda ciudad de la provincia, en la fórmula, no es poco, la pregunta es si es suficiente.
El peronismo cordobés tiene en su seno un componente que en otras épocas fue el más poderoso del partido, el delasotismo, sobran los ejemplos de lo que Natalia De la Sota representa y significa como hija de José Manuel para muchos peronistas en toda la provincia; además, en tiempos en que la participación de género es importante la presencia de una mujer en la fórmula es un dato para ser tenido en cuenta; de nuevo la pregunta es si alcanzará con esos aportes; algunos hacia adentro del peronismo dicen que el delasotismo ya estará representado en la fórmula de la ciudad de Córdoba y que su presencia en las dos es mucho; habrá que ver.
Y la otra opción es un/a representante de otro partido en la fórmula de Hacemos por Córdoba, y para no andar con eufemismos cuando se dice otro partido se dice el radicalismo. Se conoce que hay todo un trabajo de acercamiento entre el peronismo y dirigentes radicales que podría llevar a una convergencia que los lleve a compartir el próximo gobierno provincial, es más, ya hay algunas localidades del interior donde se trabaja en ese sentido. En este caso y por estas horas el análisis es si la integración de un/a radical a la fórmula le va a aportar todo lo que necesita el actual oficialismo para ganar; dicen en los pasillos del justicialismo cordobés que si los radicales que llegan suman una buena cantidad y muchos votos el dato terminaría con las dudas.
En definitiva, y volviendo al principio, puede ser Alejandra Vigo la candidata a Vicegobernadora acompañando a Martín Llaryora, por lo pronto no hay que descartarla, y ella ya dijo que le gustaría.
Otra cuestión es la herencia de Vigo en el Senado, un dato que no se le escapa a esta redacción, pero que no es motivo de este análisis.
