Cuatro años son bastantes pero no demasiado en política. El horizonte de 2023 hace que se piense en un peronismo cordobés recorrido por internas y sordos enfrentamientos pensando en las sucesiones en la municipalidad y en la provincia, sin embargo no es tan así.
Muchos son los candidatos que se mencionan pero hasta ahora casi ningún dato objetivo.
Schiaretti terminará su mandato como gobernador y no podrá repetir, se sabe que en el peronismo quien gobierna conduce, y es a partir de allí que surgen las especulaciones.
Algunos miran a los que, dicen, buscarán el apoyo nacional para ocupar el sillón mayor del PJ de Córdoba, en ese sentido miran a Caserio en tandem con Intendentes del interior, ahora el villamariense Martín Gill es funcionario nacional en un importante rol, por ejemplo; otros dicen que Alberto Fernández habría posado su mirada en Natalia De la Sota para forjarla como una posible conductora del peronismo de Córdoba tomando el legado de su padre. Pero son puras especulaciones, hoy nadie sabe si desde el peronismo nacional querrán meterse en Córdoba.
Algunos otros miran en la propia interna del schiarettismo, desde elegir un nombre del núcleo duro de Juan Schiaretti para que sea su sucesor hasta repasar a los protagonistas de ‘la nueva generación’ o ‘los sub cincuenta’.
Las mayores especulaciones se dan en torno a ‘los sub cincuenta’, su mayor o menor schiarettismo y sus posibilidades para ser sucesores en la provincia o en la municipalidad, y los nombres caen a granel: Llaryora, Llamosas, Facundo Torres, Miguel Siciliano, Daniel Passerini, Calvo, Paulo Cassinerio, por citar algunos, ¿y Alejandra Vigo?.
Pocos datos concretos
Schiaretti da pocas pistas sobre a quién elegirá como su sucesor, si lo fuera a elegir, al contrario, muchas de sus definiciones confunden porque hacen mirar en uno u otro sentido; se inclinó por Martín Llaryora para la Municipalidad de Córdoba, un hombre con el que al principio tuvo diferencias pero con el que hoy parece llevarse muy bien, pero también trata muy bien al ríocuartense Juan Manuel Llamosas, eligió como Secretario de Gobierno al altagraciense Facundo Torres y como su Vicegobernador al varillense Manuel Calvo, Paulo Cassinerio es Diputado Nacional; y ninguno de ellos conforma un grupo con los otros.
El otro dato concreto es la fuerza de Alejandra Vigo, esposa del gobernador, Diputada Nacional y con una fuerte presencia en Córdoba.
Varios Ministros y funcionarios provinciales se consideran parte de sus filas, en la Legislatura de Córdoba son muchos los legisladores ‘viguistas’, en la Municipalidad de la ciudad de Córdoba más de un hombre fuerte de la nueva gestión también está alineado con ella y en el Concejo Deliberante la mayoría de los concejales oficialistas le responden.
Además, son mayoría los Directores de CPC que responden a Vigo, en la Mesa Chica del PJ de Córdoba Capital los que asumen el trabajo diario también son de su entorno más cercano y lo mismo pasa con la mayoría de las autoridades de circuito, sólo es cuestión de repasar nombre por nombre.
No es hora de decisiones
Entonces, muchos son los que se dicen con expectativas pero pocos los datos concretos, tangibles; muchas fotos de Schiaretti con Llaryora, otras cuantas con Llamosas y una alta concentración de poder en Alejandra Vigo.
No es hora de hacer nombres y mucho menos fórmulas: ¿Vigo Llaryora?, ¿Llaryora Vigo?, ¿Llaryora Llamosas y Vigo conducción?, ¿Facundo Torres en alguna de las fórmulas?, Cassinerio en alguna de las fórmulas?, ¿un acuerdo con Caserio o con Natalia De la Sota?, ¿Martín Gill en alguna de las fórmulas?; ¿y para la Municipalidad de Córdoba?: ¿seguirá Martín Llaryora?, ¿y Siciliano?, ¿y Passerini?, ¿y La Cava?, ¿Natalia en alguna fórmula municipal?; ¿y Claudia Martinez?, ¿y Leonardo Limia?; y así pueden seguir los nombres y las fórmulas de manera bastante extensa.
Por eso en el peronismo de Córdoba hay una certeza que prima por sobre todas las expectativas, nadie puede sacar los pies del plato, nadie puede ponerse a jugar a la interna ni mucho menos a pelearse o a diferenciarse de los demás porque todos tienen posibilidades y saben que además de los cuatro lugares expectables hay otros también muy importantes.
Hoy hay pocos datos concretos, las fotos de Schiaretti con Llaryora y el poder de Alejandra Vigo, «todo se irá acomodando sin hacer demasiado ruido» dicen, y sin internas, esperan.
Por eso por ahora en el PJ de Córdoba nadie saca los pies del plato.
