La llegada de Martín Llaryora a la gobernación de la provincia de Córdoba trajo consigo, implícito, la idea de un recambio generacional del peronismo provincial, principalmente a nivel dirigentes de primera línea, sin embargo este no es automático ni mucho menos, ni tampoco todo lo rápido que algunos quisieran.
Coincidencias o no, ya desde 2013 Llaryora prometía «el peronismo que viene» y se lanzaba de lleno a la conquista provincial con un reducido grupo de compañeros, la mayoría de ellos hoy siguen con él aunque no en los primeros lugares.
Tampoco los primeros organizadores de las mesas promotoras por «Martín Llaryora Gobernador 2023», que comenzaron en 2022, forman parte de los lugares privilegiados del poder provincial, la mayoría de los llaryoristas de la primera y de la segunda hora aún siguen en el llano o, en los mejores casos, en niveles medios de la administración provincial, y lo mismo a nivel dirigencial del partido.
La realidad es que se encontraron con un cambio generacional muy difícil de implementar, varios de los históricos dirigentes, principalmente schiarettistas, siguen en sus lugares y algunos otros, dirigentes importantes en sus regiones, esperan reconvertirse y continuar en el poder; Accastello, Llamosas, Torres, Busso, Fortuna y algunos otros esperan continuar en los puestos de relevancia y hasta se plantean, algunos de ellos, la esperanza de convertirse en segundos de Llaryora.
Y mientras tanto son muchos los dirigentes que en los últimos tiempos han cobrado relevancia a partir de su trabajo; Mario Rivarola desde Embalse, Gastón Mazzalay desde Malvinas, Gustavo Brandán y Paola Nanini desde Colonia Caroya, Consalvi y Scotto desde Tercero Arriba, Darío Chesta en Río Segundo, Silvina Cabezas desde San Pedro en el oeste provincial, Ricardo Moreno con Las 62 Organizaciones Peronistas desde el sector gremial, por mencionar algunos de los que «piden pista» y ya comienzan a mostrarse como recambio natural en buena parte del territorio provincial, no son los únicos, hay muchos más que día a día suman esfuerzo para destacar en un nuevo peronismo cordobés que, aunque no parecía, no había tenido oportunidades, opacado detrás de los cuadros oficiales y que hoy pueden desplegar su trabajo.
Pero además no son los únicos, la anunciada construcción del «partido cordobés» que promueve Llaryora abre posibilidades a otros sectores que también llegan con ansias de primeros planos, entre ellos destaca la Vicegobernadora Myrian Prunotto, que con las banderas de un nuevo radicalismo pugna por posicionarse, y lo propio ocurre, aunque con menor despliegue, con dirigentes de otros sectores políticos que esperan aportar a esa construcción y ser protagonistas de una nueva era política en la provincia.
La tarea recién empieza, aquellos de «la primera hora» no pierden sus expectativas y saben que siempre están en el corazón del gobernador, los García Aresca, Cid, Torres, y algunos más también están anotados en esto que por ahora sigue siendo un sueño que para ellos todavía hay que lograr.
