Igual que en 2007, cuando no quiso aceptar la derrota contra Juan Schiaretti, Luis Juez vuelve a protagonizar la misma historia de hace dieciséis, deambulando por los medios de comunicación en estado de alteración al punto de llorar ante algunos micrófonos, dispersar denuncias de todo tipo, amplificadas ahora por las redes sociales, pidiendo que se «abran» las urnas y se «vuelvan a contar los votos», un mecanismo de control que no está previsto en el Código Electoral, y él lo sabe, sólo falta que organice marchas al Correo Argentino, como hizo en 2007, ahora tendría que ser a la Junta Electoral.
Lo cierto es, a pesar de que la Justicia Electoral comienza este miércoles el escrutinio definitiva, en el tiempo y forma que las leyes indican, Luis Juez nuevamente no acepta la derrota que sufrió el pasado domingo, y pretende orzar situaciones de manera irregular y generando un escándalo esta vez mucho mayor que en 2007, y sometiendo al sistema electoral y político de Córdoba a un escarnio que no corresponde, sometiéndolo a la sospecha y a la suspicacia popular.
Pero no sólo eso, esta vez ha avanzado peor que antes y a la hora de la clásica denuncia de clientelismo político, con la también clásica mirada sesgado y discriminatoria contra un sector de los vecinos de Córdoba a los que también acusa de corrupción; pero lo grave de esta ocasión es que ahora decidió acusar a no se sabe quién precisamente, aunque se supone que a Martín Llaryora de «repartir droga», cayendo en el delito de calumnias e injurias que evidentemente no le interesa cometer y atacando el sistema político, que tampoco le preocupa.
Y lo peor de la situación es que parece que el resto de la dirigencia de Juntos por el Cambio parece secundar a Juez, hasta el momento nadie le ha cuestionado las barbaridades que está declarando públicamente.
Martín Llaryora, que aguarda que la Justicia Electoral lo confirme como el gobernador electo de la provincia de Córdoba, respondió a las pretensiones de Juez diciendo que “Saben que perdieron y lo único que quieren hacer es demorar la confirmación de una derrota. Es su estrategia, la de siempre”
“Están los que pierden y le echan la culpa a cualquier cosa. Nosotros estamos ganando por más de tres puntos. Los perjudicados somos todos los cordobeses, y después yo, que gané la elección y ahora tengo que comerme esta manganeta”, completó Llaryora.
Sobre las denuncias relacionadas con drogas Llaryora dijo “Que vaya a la justicia y denuncie, si él dijo que conocía narcotraficantes, si él ha defendido a narcotraficantes porque es abogado penalista y dijo que los conoce, yo no los conozco”.
«Cuando he perdido siempre lo reconocí, él pierde y la excusa siempre son los votos”, cerró.
“Le está faltando el respeto a los cordobeses porque con el aluvión de votos que hemos obtenido en Córdoba les está faltando el respeto; y está haciendo quedar mal a Córdoba, ya la hizo quedar mal con los ecuatorianos cuando dijo que eran todos unos mugrientos, nos hizo quedar mal y atrasar a Córdoba cuando fue el peor intendente de la ciudad poniendo entre 3 mil y 4 mil personas llenando de empleados públicos el municipio”
