El papa Francisco murió este lunes en su residencia de la Casa Santa Marta, según anunció el Vaticano a través de un videomensaje difundido por el cardenal Kevin Joseph Farrel. El pontífice argentino tenía 88 años y atravesaba un delicado estado de salud que lo mantuvo internado en varias ocasiones.
“Con profundo dolor tengo que anunciar que el papa Francisco ha muerto a las 7.35 (hora local) de hoy, el obispo de Roma ha vuelto a la casa del padre, su vida entera ha estado dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia y nos ha enseñado el valor del evangelio con fidelidad, valor y amor universal y en manera particular a favor de los más pobres y marginados”, expresó Farrel, y agregó: “Con inmensa gratitud por su ejemplo como discípulo del Señor Jesús recomendamos el alma del papa Francisco al infinito amor misericordioso de Dios Uno e trino”.
Jorge Mario Bergoglio no sólo fue el primer Papa argentino, fue el primer latinoaméricano, el primer papa del sur global, el primer jesuita elegido líder de la Iglesia católica y el primero en llamarse a sí mismo Francisco.
En relación a la política, desde el 2013 cuando fue electo, el Papa se entrevistó con todos los presidentes argentinos en ejercicio. Fueron en total trece encuentros. Siete de ellos con Cristina Fernández de Kirchner, dos con Mauricio Macri, dos con Alberto Fernández y los dos últimos con Javier Milei. Cada una de estas reuniones tuvo ribetes y circunstancias particulares, pero sin duda fueron también gestos de acercamiento al país.
El Papa nunca dejó de implicarse en la política argentina, tanto es así que tras recibir un apoyo unánime en su país en 2013, muchos argentinos comenzaron a dividirse por su nombre y supuesta posición política. Muchos compatriotas lo criticaron por ciertas declaraciones consideradas partidarias, gestos hacia figuras políticas y directivas que daría a la Iglesia local, y en particular a su sucesor como arzobispo de Buenos Aires Mario Poli.
Es cierto que Francisco estuvo presente en la vida política argentina, que la siguió de cerca, incluso más que cuando era arzobispo de Buenos Aires. A través de mensajes que dirigió a sus compatriotas o de declaraciones de Mario Poli, cuya inspiración se le atribuye, no sin cierta razón, dados los vínculos entre ambos. O recibiendo en el Vaticano a sindicalistas, dirigentes sociales y políticos de su país. Distante, cuando no frío, durante sus encuentros oficiales con el expresidente de centroderecha Mauricio Macri (2015-2019), se le vió relajado y sonriente con dirigentes peronistas, en particular con la expresidenta Cristina Kirchner (2007-2011 y 2011-2015).
Para muchos argentinos Francisco volvió al peronismo del que este jesuita fue cercano en su juventud. De hecho, la doctrina social del Papa, desplegada por todo el mundo, pareció inspirada en el peronismo, en el sentido de que rechaza la lucha de clases al tiempo que pone a los pobres y excluidos en el centro de la acción pastoral. En la archidiócesis, dio prioridad al trabajo de los sacerdotes en las zonas desfavorecidas, donde se le veía a menudo. Pero quienes hablaron de un «Papa peronista» olvidaro que, al mismo tiempo, el arzobispo Jorge Bergoglio mantuvo una tensa relación con Cristina Kirchner cuando era presidenta. Sin duda, porque quería mantener las distancias y preservar su independencia del Gobierno, aunque fuera peronista.
Peronista o no, el Papa Francisco fue el argentino más importante de los últimos tiempos, y su pensamiento político quedó plasmado en su obra.