Hoy Juan Manuel Llamosas, el Intendente de Río Cuarto que se va a mitad de este año, tiene dos problemas, que destacan entre decenas; si bien estos últimos podrían englobarse en todos los que completan una gestión deficiente lo que más lo desvela por estos días es cómo lograr terminar con una buena imágen, algo que hoy no tiene, y cómo designar un sucesor y que gane; el riesgo concreto y real es que el próximo Intendente sea el candidato opositor.
Lo llamativo de la situación es que el Intendente sabe dónde están los problemas, cuenta con los fondos necesarios para solucionarlos porque el gobierno provincial le ha transferido todas las partidas correspondientes y el propio gobernador Martín Llaryora lo ha visitado personalmente; y además, como si lo anterior fuera poco, la misma pre candidata interna desde el peronismo, Adriana Nazario, se lo viene marcando através de las redes sociales.
Faltan alrededor de cien días para la elección a Intendente y sin embargo Río Cuarto sigue destacando por sus baches, sus lodazales en varios puntos de la ciudad, los problemas en el centro con la arboleda, la intransitabilidad de las veredas, la iluminación deficiente, el estacionamiento y el desorden del tránsito; la situación de inseguridad persiste sin que nada logre el flamante secretario de seguridad, algo sobre lo que ya le habían advertido a Llamosas; y para colmo su candidato no despega en la consideración popular, Guillermo De Rivas sigue siendo un desconocido para la mayoría de la población, si la situación persiste no le va a quedar otra alternativa que aceptar la candidatura de Nazario, algo que no convence demasiado a nadie en el peronismo riocuartense ni en el provincial; la opción de Agustín Calleri sigue siendo improbable.
Llamosas será legislador provincial desde mitad de año, pero él sabe que de su última imágen como Intendente, y del resultado de la elección municipal, depende que le den algún protagonismo en la Unicameral o llegue para ser uno más del bloque.
