Cuando este lunes el Gobernador Juan Schiaretti colgó en las redes sociales la frase: «Quiero comunicar a las familias cordobesas que Córdoba acaba de reestructurar su deuda externa de títulos con jurisdicción extranjera de manera exitosa y sin entrar en default. Somos la primera provincia argentina que consigue reestructurar su deuda sin entrar en cesación de pago» una sensación de alivio y de triunfo recorrió a la gran mayoría de los cordobeses que entendieron que este anuncio traía una tranquilidad muy necesaria.
Sin dudas Schiaretti debe haber sentido lo mismo horas antes, cuando él mismo lograba esa tranquilidad, por eso el último párrafo del anuncio de la reestructuración de la deuda contiene esa alegría compartida: «Estamos satisfechos con este arreglo muy conveniente para la Provincia, y queremos agradecer a los cordobeses por la confianza que siempre han depositado».
Sin embargo no todos los cordobeses estuvieron felices con ese anuncio, hubo algunos que hubiesen preferido que tal anuncio no hubiera existido y que ya festejaban que a Córdoba le fuera mal.
Uno de ellos fue el centenario partido que varias veces gobernó la provincia, en la mañana del lunes la UCR de Córdoba sacó un comunicado, todavía está en su web, donde festejaba con la frase «Córdoba está en default» y hacía una serie de consideraciones que hoy quedaron sin sentido.
El otro que no se alegró junto con los cordobeses fue el Diputado Nacional por Córdoba Maro Negri quien ya desde el domingo venía levantando su dedo acusador: «Lo advertí durante años» decía en las redes sociales, «Hoy Córdoba está en default y en la mira del kirchnerismo, el Gobernador debe dar una explicación creíble y urgente».
Ni la UCR de Córdoba ni Negri volvieron a hablar del tema, evidentemente afectados por la noticia que trajo tranquilidad a los cordobeses prefirieron hacer como que no habían dicho nada y hablar de otras cosas.
Por eso esta vez ganaron los cordobeses y perdieron los que hacen mala política, la noticia de la reestructuración de la deuda seguirá siendo festejada por una inmensa mayoría y rumiada con bronca por un puñado que prefería un triunfo de sus egoísmos.
