Cuando Política Córdoba publicó el pasado viernes a la tarde la primera noticia de lo que había ocurrido en Estación Juárez Celman con la fallida visita del candidato a Presidente de Juntos por el Cambio Horacio Rodríguez Larreta, aún no había dimensión de los alcances que podía tomar tal situación.
Lo que en principio parecía un hecho menor de la comidilla política cordobesa fue adquiriendo gravedad con el paso de las horas al punto de desnudar una situación histórica en la Unión Cívica Radical de Córdoba de proscripciones y marginaciones simplemente por cuestiones de género.
Todo indica que eso fue lo que pasó en Estación Juárez Celman con la Intendenta radical Myrian Prunotto, la primera parada prevista en el recorrido del fin de semana del Jefe de gobierno porteño; como relatara este medio a la dirigente radical le dieron dos excusas que después se comprobaron falsas, le dijeron que Larreta tenía que encontrarse con ‘el Chaqueño Palavecino’, y que por esa razón no hacía tiempo; y después el organizador del tour del capitalino por tierras del norte de Córdoba, el jesusmariense Gabriel Frizza, dijo que era porque Mario Negri «había puesto el grito en el cielo» porque Prunotto había estado el día anterior con Martín Llaryora, el candidato del oficialismo.
Lo único cierto de todo eso fue la actitud del Diputado nacional Negri quien efectivamente se encargó de suspender el encuentro entre Prunotto y Rodríguez Larreta, ahora lo reconoce todo Juntos por el Cambio de Córdoba; sin embargo la verdadera razón, según indican varias fuentes del centenario partido, es que «lo que no soporta Negri es que una mujer lo supere», razón por la cual el de la Intendenta de Estación Juárez Celman no es el primer caso, fueron varias las mujeres víctimas del machismo a lo largo de los últimos veinte años en la UCR de Córdoba, y sino basta ver las autoridades partidarias y las figuras destacadas del partido, no hay mujeres, Negri las limpia», le dijeron a Política Córdoba.
Lo cierto es que esta vez lo ocurrido con Rodríguez Larreta molestó a muchos en Juntos por el Cambio, a los que no son radicales porque les parece inadmisible que alguien de otro partido le diga al candidato con quién se puede reunir y con quién no; a todos juntos «porque no se puede hacer quedar mal a un candidato cuando todos sus seguidores ya lo están esperando en la ruta», y además «porque no se puede seguir tomando decisiones entre cuatro paredes o con un telefonazo».
Al final la historia a quien menos molesta dejó es a Myrian Prunotto, la dirigente radical que dice que ya está acostumbrada a los manejos machistas de su partido, recuerda el último proceso electoral cuando no era cuestionada por sus acercamientos al peronismo y sin embargo la «bajaron» de las listas a los quince minutos de haberla hecho firmar, «decidido por Negri y tres más que arreglan todo entre cuatro paredes»; donde no aceptan esos manejos es en los otros sectores de Juntos por el Cambio que consideraron lo vivido el fin de semana como un atropello a la buena convivencia de una coalición a la que le cuesta bastante mantener las buenas relaciones.
Un dato más, el hecho de que Negri insistió en suspender el encuentro de Prunotto con Rodríguez Larreta por la buena relación de la primera con el peronismo de Córdoba quedó desvirtuado también el mismo viernes cuando el alcalde de CABA se reunió e intercambió elogios con el Intendente de Colonia Caroya, Gustavo Brandán, hombre de extrema confianza de Martín Llaryora.
