Un punto central de este análisis es la percepción, que muchas veces disiente de la realidad empírica; ya sea porque no tenemos una definición uniforme del concepto que utilizamos para calificar cuando expresamos una percepción, porque no tenemos un conocimiento muy acabado de nuestro contexto o por múltiples otros factores, nuestra percepción del mundo o de nosotros mismos difiere de lo que datos más acabados pueden relatar.
Sin embargo, no por eso carecen de importancia. Seguramente el común de nosotros utilice con mayor frecuencia diversas percepciones cotidianas del mundo para tomar decisiones que datos consolidados mediante investigaciones metodológicamente consistentes. Esto las transforma en razones que permiten comprender acciones y decisiones y, en última instancia, conocernos, al menos en nuestra forma de ver las cosas.
En ese marco, le preguntamos a cordobeses de la capital tanto en el año 2002 como en marzo de este año a qué clase social dirían que pertenecen ellos y sus familias.
El primer resultado que obtuvimos fue que el 64% de los cordobeses se considera de clase baja o media baja, un 33% de clase media y sólo un 2% de clase media alta. Al compararlo con nuestra medición del nivel socioeconómico (NSE) -parámetro de similar carácter al de clases sociales que se ocupa de expresar situaciones socio-económicas más estructurales de las personas- de los mismos ciudadanos encuestados, podemos observar como el NSE medio era 22 puntos porcentuales superior a la clase social media percibida, que el alto existía en una proporción mucho mayor a la percibida y que los sectores bajos no alcanzan a más de 6 de cada 10 cordobeses, sino que se corresponden con el 21% de la población.
Con esos datos, nos fuimos a analizar nuestros archivos. Más particularmente, los datos que obtuvimos de los cordobeses capitalinos hace 20 años al realizarles exactamente la misma pregunta. En ese momento, un 55% de los cordobeses nos dijo que pertenecían a una clase baja o media baja, un 41% a clase media y un 3% a clase alta.
Si comparamos estos datos con los actuales, podemos observar que hoy son más los cordobeses que se consideran de clase baja y menos los que se definen como pertenecientes a la clase media.
Retomando lo mencionado sobre los posibles sesgos que pueden generar las percepciones particulares, en nuestra última encuesta de marzo de 2022, les preguntamos a los cordobeses de la capital cuál creían que era la clase social de su familia en 2002. El 42% respondió que su familia era de clase baja o media baja, igual proporción que aquellos que respondieron que eran de clase media, y un 8% afirmó que eran de clase alta.
En síntesis, los datos parecen corroborar las divergencias entre la percepción particular y los datos más consolidados. Pero, principalmente, nos dejan dos interrogantes: ¿los cordobeses estarán en lo cierto y hoy nos encontraremos peor que en 2002? ¿Será que las diferencias entre la percepción del pasado y las del presente observadas dan sustento real al famoso dicho “todo tiempo pasado fue mejor”?
Por José Gangi para Consultora Delfos.
Acá el artículo original: ¿De qué clase social se perciben los cordobeses?
