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Vie 26 abril 2024
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UCR La casa no está en orden. Felices Pascuas. Por Javier Fabre

Suele decir un viejo proverbio giorgiano que “la oveja tanto se cuidó del lobo, que finalmente
se la comió el pastor”, extrapolando: “Juntos por el Cambio tanto se cuidó de la división, que la
unidad se transformó en fetiche”

Creemos que este es el error que la oposición en Córdoba está cometiendo y que nadie se
atreve a decir: pensar que con la unidad nos sobra.

Nosotros queremos decirlo claramente: con la unidad no alcanza, hay que hacer mucho más
para ganar. ¿Y qué es eso que hay que hacer? Para empezar lo que dice el viejo pero
apodíctico manual angelocista: 1- Sumar representación política y social. 2- Contener a todos.

La representación consiste en articular dos elementos: la “relevancia” y el “diferencial”. Lo
relevante tiene que ver con la agenda, con lo que como ciudadanos demandamos en una
coyuntura electoral concreta. Hoy esa agenda está atravesada por la inseguridad, la inflación,
la salud, la educación y el trabajo. Son en definitiva los problemas que nos importan y cuya
solución recorre como exigencia todo el espacio público.

Apostar simplemente por una “ola” o por un “efecto dominó” que nos lleve a perforar el 40%
del electorado, es cuanto menos riesgoso. Creemos que a ese número no lo vamos a superar
ofreciendo solo una unidad de cúpulas. Como tampoco nos alcanzaría para gobernar.

La unidad de la rosca política no evita que te roben, no hace que la moneda se cotice, no te da salud cuando estás enfermo, no educa mejor a tus hijos, ni tampoco mejora tu situación laboral. Es un argumento insuficiente porque si bien atiende a un aspecto de la percepción social, no va a la sustancia de las cosas.

Nos sobra crisis como para pensar que las cosas son tan simples. Hay que diversificar la
estrategia electoral y sobre todo el abordaje de lo político.

Necesitamos primero discutir cómo sumar representatividad social, es decir discutir ideas y
propuestas, y segundo necesitamos una estrategia de selección de candidatos que contenga a
todos y no solo cómo se les garantiza a los que ya están, que sigan estando.

La incertidumbre normativa, ha producido un desorden generalizado en todo el territorio
provincial. Como simplemente se hizo una encuesta para dirimir la candidatura de gobernador,
todo el resto quedó en el aire, ¿consecuencias? Muchos dirigentes se van, buscando partidos
que les garanticen la participación o se quedan, pero imposibilitados de hacer campaña
porque no saben si el dedazo de la capital los va a dejar afuera (como ya viene ocurriendo en
algunos distritos), o si van a poder competir democráticamente como tiene que ser.

Los dedazos, las encuestas, las mesas chicas han producido siempre lo mismo: achicamiento,
incertidumbre y derrota. Como un loop permanente de un cuarto de siglo, el radicalismo
festeja comunas y llora provincia.

Insistimos, cuando los partidos y las coaliciones quieren crecer lo que marca el norte es cómo
ampliar la capacidad de representación. Cómo construir un mensaje más profundo para calar
socialmente y cómo posicionar mejor a los candidatos que quieren competir.

Por eso los procesos de selección democrática sirven a ese fin: ponen a los dirigentes en la
tarea de sumar creatividad para poder posicionarse en sus respectivos partidos y en la
coalición.

La democracia interna es siempre un camino virtuoso, porque oxigena las estructuras y
renueva la mirada de las organizaciones partidarias para entender mejor a la sociedad. Si la
sociedad cambia y evoluciona, los partidos también deben hacerlo.

Hoy tanto el oficialismo como la oposición en Córdoba expresan un discurso y una propuesta
más vinculados al pasado que a la construcción de futuro.

Si la respuesta es la falta de tiempo, habrá que cuestionarse ¿por qué no se hizo todo esto
antes? En política no existen las casualidades ni la inocencia.

Apostemos alguna vez por crecer y ganar. Apostemos una vez por la seriedad y la planificación,
por la construcción política y no solo por el marketing electoral. Ampliemos el espectro
estratégico y busquemos más representación social. De lo contrario: “de tanto cuidarnos del
lobo, nos va a terminar comiendo el pastor”.

Javier H. Fabre
Miembro titular de la Mesa Ejecutiva del Congreso de la UCR
Presidente UCR – Línea Córdoba

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