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Jue 12 diciembre 2024
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Quién hereda al Pato Rengo

Por estos días el peronismo de Córdoba pasa por momentos de definición, en lo que respecta a su conducción pero también a sus definiciones sobre el rumbo a seguir, a sus alineaciones y alianzas, al peronismo que los peronistas cordobeses quieren para el futuro.

«El que gobierna conduce» dicen desde el actual oficialismo partidario, tratando de cerrar la discusión, sin embargo en los últimos meses es cada vez más notorio que adentro del peronismo de Córdoba hay otras voces, otros pensamientos, y por eso la frase celebre que los orientó durante más de dos décadas comienza a ser discutida, o al menos relativizada.

Algunos dicen que las dos posiciones son irreconciliables, por un lado el schiarettismo con un peronismo de Córdoba como el de Hacemos por Córdoba, en una alianza amplia que abarca a expresiones no peronistas y que en su gobierno se acerca a sectores que no comulgan con el gobierno nacional y por el otro el «caserismo» o «albertismo» que quiere un peronismo de Córdoba unido con otras expresiones del peronismo, con el kirchnerismo u otros sectores del «albertismo» que hoy no están adentro del PJ de Córdoba y que acompañe al peronismo nacional en el poder.

«El que gobierna conduce» quiere decir que no queda lugar para cuestionamientos y que el que gobierna la provincia también conduce su partido, con sus pensamientos y definiciones propias, mientras el otro espera su turno; eso funcionó muy bien mientras se alternaron en el poder Schiaretti y De la Sota con miradas distintas pero con objetivos similares, conservar el poder en la provincia y en el partido.

Ahora hay otras voces que llegan con otras ideas; Caserio y Martín Gill, junto a Walter Saieg, Carlos Presas y otros dirigentes creen en un peronismo de Córdoba abierto al peronismo nacional, con definiciones políticas que acompañen al gobierno nacional y esperan debatirlas.

La cuestión entonces ya no sería «El que gobierna conduce» sino, «El que gobierna co-conduce y se abre a otros sectores», parece difícil, hasta ahora nunca ocurrió, algunos dicen que es imposible y que la única manera de dirimirlo es yendo a una interna partidaria a la que Juan Schiaretti ya dejó trascender que no le tiene miedo, es más, ya le puso fecha de 26 de abril.

Desde el «caserismo» tambien dejan trascender que ellos tampoco le tienen miedo a la interna pero que prefieren el diálogo, «no queremos dividir» insisten, y agregan: «si llamamos a un plenario vamos a tener 1500 dirigentes, pero esa no es la idea» dicen explicando que en breve se reunirá ese sector de dirigentes pero sin el objetivo de que el ecuentro sea fundacional ni expresión de una nueva línea interna.

En el medio, por ahora, quedan los indecisos o los que por diferentes compromisos no quieren tomar posición, al menos publicamente. Ahí se encolumnan muchos dirigentes del interior provincial, intendentes, legisladores, y también algunos dirigentes de capital, sin embargo los tiempos parecen haberse precipitado y eso acota las posibilidades de «prescindencia» de muchos.

Hoy todos miran a Natalia De la Sota, Llaryora, Llamosas y a algunos dirigentes de Capital, en las últimas horas la hija del ex gobernador dejó trascender una frase que muchos imaginaban: «El que gobierna conduce decía mi padre», adhiriendo al imperativo de Schiaretti y mostrando que en la puja prefiere quedarse del lado del gobernador, al menos por ahora.

Será difícil que los otros se expresen, nadie quiere exponer a los dirigentes del interior y mucho menos a los de las seccionales de capital y que no les quede más remedio que tomar una posición, y todos esperan que el diálogo pueda resolver diferencias que de otro modo se pueden convertir en distanciamientos insalvables que tampoco nadie desea.

«Es lo mismo de siempre» dicen algunos, «tirar de la soga para después sentarse a negociar» agregan; «esto es por la elección del año que viene», «están buscando que les den candidaturas» dicen otros.

«Es el síndrome del Pato Rengo» explican los que creen ser más sagaces, «Schiaretti se va indefectiblemente en 2023 y ya empezó la pelea por la sucesión» explican, y agregan «la cuestión es que Schiaretti quiere dejar designado a su sucesor y los otros quieren anticiparse y tener la posibilidad de decidir» completan.

Falta un mes y medio para que termine la conducción del schiarettismo en el PJ de Córdoba, en política eso puede ser mucho tiempo si de negociar se trata, o puede ser poco si la cuestión es armar estructuras y alinear dirigentes, de un lado y de otro hay dos poderes importantes, la cuestión es cuál será el más fuerte, al cuál respetarán más los peronistas de Capital, tan cercanos físicamente al poder local, y los del interior, tan necesitados siempre.

El síndrome del Pato Rengo hace referencia al dirigente que termina su gestión y por eso, antes del final, comienza a quedarse rengo, a perder el poder, en este caso el tema no es tanto el pato sino su herencia, por eso los días que vienen serán febriles, pero la puja seguirá en los próximos dos años.

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