En estos tiempos donde en política los medios de comunicación y las redes sociales son más importantes que la realidad se ha puesto de moda pagar por artículos periodísticos falsos y luego divulgarlos en las redes sociales buscando que se conviertan en realidad.
Al mejor estilo del siglo XVIII cuando Barbanegra asaltaba barcos que no le pertenecían, hoy se quiere hacer creer que ParTE Córdoba ha cambiado de mando, que su conductor Enrique Asbert ha sido desplazado y que una supuesta «junta promotora» ha asumido en su lugar.
Lo cierto es que el sello de ser albertista puro en Córdoba es muy apreciado y desde hace varios meses algunos se lo quieren quitar al ex Diputado Provincial, de hecho ya hubo un intento a finales del año pasado cuando un ignoto realizó algunas gestiones legales para quedarse con el nombre de ParTE Córdoba, ahora parece ser que la situación es un poco más grave.
Para entender lo que pasa con el Partido del Trabajo y la Equidad (ParTE) hay que saber que este se formó apuradamente el año pasado cuando se conoció la candidatura a Presidente de Alberto Fernández y se definió la necesidad de un grupo de apoyo al candidato, un núcleo cercano, que le diera fuerza y sustentabilidad, así se pensó en algún grupo de intelectuales que ya funcionaba y se dio forma a ParTE, para ello se recurrió, en muchos casos lo hizo Alberto en persona, a gente de mucha confianza y amigos personales para que comenzaran a trabajar; el calor de la campaña y la confianza no dejaron lugar a demasiado diálogo y así se llegó al diez de diciembre del año pasado.
La cuestión es que con Alberto Presidente muchos quieren acercarse y ven en ParTE una gran oportunidad, la otra cuestión es que en Buenos Aires, ocupados con las urgencias de gobierno, no están prestando mucha atención al interior y mucho menos a la política interna, incluido el partido que quisieron fundar, que les sirvió para la campaña, y que hoy se convirtió en un lastre.
Es por eso que hoy ParTE Córdoba pasa por esta situación de que algunos vivos de la política se quieran quedar con el sello sin que a nadie le importe demasiado, lo que faltaría conocer en esta historia es cuánto sabe y le interesa al propio Alberto Fernández, qué quiere hacer con su partido y qué tiene pensado para sus amigos.
