Esta semana comienzan las reuniones de los principales dirigentes del Radicalismo Auténtico con el Tribunal de conducta de la Unión Cívica Radical de Córdoba, que, bajo la conducción del negrista Marcos Carasso, quiere sancionar con la expulsión del partido a Myrian Prunotto, Andrés Torres, Gustavo Benedetti y Esteban Avilés como principales figuras de la disidencia de un importante sector de radicales que decidieron no seguir acatando las definiciones de una conducción que no los representa y tomaron sus propias decisiones electorales.
Y esta será la principal bandera de los radicales disidentes que con la conducción de Prunotto a nivel provincial y de Torres en la ciudad de Córdoba volverán a alegar lo que ya han dicho públicamente: que las decisiones de la conducción del radicalismo local son equivocadas y conducentes a favorecer sólo a quiénes actualmente dirigen el partido y que son épocas de construir otras instancias políticas que le permita a la UCR participar en el gobierno de Córdoba en alianza con otros sectores políticos.
Y además tanto Prunotto como Andrés Torres volverán a cuestionar a la conducción partidaria como no representativa del colectivo que significa la Unión Cívica Radical de Córdoba, volverán a exigir fecha de elecciones internas y a reclamar la participación que se les ha venido negando sistemáticamente desde hace años.
Más allá de las decisiones que pueda querer tomar el tribunal partidario, no son pocas las voces radicales cordobesas que ya se han alzado en contra de esa pretensión y más aún las que comparten los reclamos de los Radicales Auténticos; es más, en los últimos tiempos comienzan a llegar voces nacionales poniendo atención a lo que ocurre en el radicalismo de Córdoba que, en una franca debilidad después del proceso electoral, no está en condiciones de perder dirigentes, y mucho menos a dirigentes ganadores.
Serán días intensos para el radicalismo cordobés que se enfrenta a una de las decisiones más importante de su historia y de lo que se resuelva dependerá su futuro, con señales de condena al ostracismo desde hace un tiempo.
Daniel Ponce
