El ámbito de la política siempre es propicio para todo tipo de rumores que transitan en distinto sentido, esto quiere decir que más allá de la información oficial sobre las diferentes gestiones municipales y provinciales, también la nacional, siempre hay otros datos, informales, fuera de mocrófono, off the record, que dan cuenta de otras realidades que también ocurren pero que no se cuentan, que no forman parte de los relatos oficiales de cada uno, pero que son tan o más importantes que lo que se muestra.
Todo eso para decir que hace semanas que, en el ámbito de la Municipalidad de Córdoba, y también de la provincia, llegan distintas versiones de cambios de funcionarios o de «enojos» de unos con otros que muestran un clima enrarecido y que no está reflejado en la información que se difunde.
Estos rumores en general tienen que ver con muchas expresiones de disconformidad sobre el curso que están teniendo las gestiones del gobierno provincial y de la ciudad de Córdoba, que no es lo mismo que decir de Martín Llaryora y de Daniel Passerini.
Tal es la situación de inquietud que por estos días ha comenzado a funcionar una comisión, en realidad no tiene una existencia formal, pero se la puede definir de esa manera, integrada por algunos funcionarios nacionales, provinciales y municipales, todos de extrema confianza del gobernador, que está funcionando en estrecha colaboración con este para acercarlo, de manera directa, a dialogar con dirigentes de distintos ámbitos, gremiales, sociales, deportivos, de organizaciones sin fines de lucro, otras relacionadas a los distintos credos que trabajan en Córdoba en contacto con la sociedad, con el fin de que el mismo Llaryora se interiorice de manera personal y lleve un primer acercamiento oficial a los distintos sectores sociales que hoy reclaman atención.
Este despliegue implica a su vez que Martín Llaryora en persona estaría atendiendo cuestiones de gobierno que son parte del trabajo diario de muchos funcionarios que hoy no lo están haciendo o lo hacen mal, «la oposición camina más la calle y conoce mejor la situación social que nosotros», dicen quienes están realizando esta tarea.
Algunos de los tantos rumores indican que por esta situación no son pocos los funcionarios cuestionados y que en algún momento llegarán definiciones políticas que «tarde o temprano deberán tomarse»; otros lo equiparan a la situación en el gobierno nacional, donde el flamante Jefe de Gabinete Guillermo Francos dijo que el presidente puede cambiar funcionarios cuando le parezca y que nadie tiene el puesto asegurado; por último también hay quienes dicen que a nivel provincial está ocurriendo algo similar a lo sucedido en el área de transporte de la municipalidad de Córdoba cuando se les pidió a todos los funcionarios que pusieran sus renuncias a disposición.
Para sintetizar los rumores, lo mejor que se puede decir hoy es que el gobernador, con un grupo de funcionarios de su más extrema confianza, trabaja para responder a las demandas que tiene su gobierno, que hay disconformidad con varios funcionarios, y que se vive la actualidad como de emergencia, atendiendo lo urgente, pero que apenas se pueda habrá cambios.
