Pasando en limpio los últimos acontecimientos ocurridos en la Municipalidad de la ciudad de Córdoba, en la conducción política, que en las últimas horas dio mucho que hablar, de una manera absolutamente política, dejando trascender asituaciones y nombres que no aportaron tranquilidad, la convicción de la mayoría del peronismo de Córdoba es que las decisiones que está tomando el Intendente Daniel Passerini son correctas, que son un fuerte golpe de timón para retomar el mando, que no es que estaba perdido pero si complicado.
Muchos explican la situación comparandola con la gestión anterior, cuando el esfuerzo estaba fuertemente concentrado en mostrar una gran gestión y obligaba a solapar lo político, lo que a su vez hacía que los funcionarios estén concentrados en hacer bien su trabajo, al que le dedicaban el día completo, y dejaban las disputas internas, infinitamente apagadas en relación a la situación actual, para desarrollarlas cuando podían.
Explican también que quizás las diferencias están en que antes el Intendente era el candidato a líder, el hoy gobernador Llaryora, y estaba tomada la definición del conjunto para acompañarlo, mientras que hoy la realidad es un Intendente que se tiene que ir y un escenario vacío, con la mitad del gabinete queriendo ser candidato y por ende todos enfrentados entre sí, enfrascados todos en los temas políticos, la mala política, la que sólo les interesa a los que velan por su suerte y buscan candidaturas; situación que termina impactando en una gestión que tiene, hasta hoy funcionarios que no funcionan, o que lo hacen pocas horas.
«Está muy bien lo que hace Passerini» es la frase más escuchadas, y la otra es: «el que lo entienda se queda y se pone a trabajar y el que no, se va». Suenan varios nombres, a esta altura es lo de menos, lo más importante a conocer son los motivos, el Intendente necesita recuperar el escenario político y no puede esperar hasta diciembre, otra cosa es la cuestión economica, que también motiva cambios, que también se harán, pero en un marco de más tranquilidad.
