Según un informe del Centro de Almaceneros de Córdoba, en un año cayó el consumo de alimentos en un 12,2 por ciento, se resintieron las ventas de carne, lácteos, quesos, frutas y verduras. Las familias se volcaron más a las papas y los fideos.
La suba de precios que se profundizó con la devaluación hizo que se restringiera el consumo de determinados productos, especialmente alimentos.
Se dejó de consumir carne por el precio, se resintió todo el segmento de lácteos y quesos y se dejo de comprar todo lo que son frutas y verduras, las familias se están volcando a las papas y a los fideos.
Además de los fideos y el arroz, también hubo una migración hacia el azúcar, la yerba y las infusiones, la merienda se realiza a última hora y ésta termina supliendo a la cena.
