El gobierno de Javier Milei no se da por vencido en la pelea por la ampliación de la Corte Suprema, y si bien está dispuesto a sumar nuevos integrantes, ahora apuesta a modificar la estrategia para concretarlo.
Derrotado el plan original de nombrar a los jueces Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, idea de máxima, el Poder Ejecutivo ensaya una mayor amplitud y se muestra abierto a incluir una mujer entre las dos nuevas propuestas, como idea de mínima.
La opción femenina configura uno de los pedidos que encarna el sector que conduce la dos veces mandataria Cristina Kirchner, que además tendrá la posibilidad de ofertar nombres para consensuar una de las vacantes, de ajustarse a los requerimientos libertarios.
Lo cierto es que el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, alfil del asesor presidencial, Santiago Caputo, quien lleva adelante la compleja tarea de poblar el Máximo Tribunal que hoy funciona con tres miembros, mantiene diálogo fluido con varias terminales del peronismo.
En Balcarce 50, confían en que el cambio de estrategia que incluye las surgencias de fuerzas opositaras, y la necesidad que tiene el peronismo de nombrar un candidato configuran un escenario favorable para el oficialismo.
Una importante fuente con acceso al despacho presidencial aclara que uno de los nombres será violeta de pura cepa, entre los que destaca el abogado Ricardo Ramírez Calvo, de similar perfil al del fugaz cortesano Manuel García Mansilla.
Su perfil se suma al de Ricardo Rojas, que cuenta con el total aval del mandatario que, no solo es habitué de sus obras, sino que dio el visto bueno para que reemplace a Rodolfo Barra al frente de la Procuración General del Tesoro, ofrecimiento que el letrado finalmente optó por declinar con la esperanza de cumplir su anhelo de integrar el Máximo Tribunal.
La chance de incluir a una mujer y cumplir con el cupo que tras la salida Elena Highton de Nolasco aún está vacante, siempre estuvo abierta. Activada la posibilidad de escuchar sugerencias que provengan de afuera, en la administración libertaria especifican que deberá “ajustarse a los requerimientos libertarios”.
Entre la oferta de nombres que circulan, llama la atención el de la jueza Ivana Bloch, quien desde 2011 está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional número 4. Además, se desempeñó como prosecretaria letrada del Consejo de la Magistratura de la Nación y secretaria letrada de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
Cumplido el plazo y tras el rechazo de la Cámara de Senadores a las nominaciones de Lijo y García Mansilla, el Ejecutivo estudia las opciones que tiene en carpeta “desde mucho tiempo”, no sin dejar de aclarar que no se trata de un tema de cupo sino de idoneidad.
Por todo lo mencionado renace la expectativa en Córdoba, que desde el comienzo del gobierno de Martín Llaryora había levantado la posibilidad de la presencia de una cordobesa en la Corte Suprema de Justicia de la nación, y en ese sentido se había mencionado con insistencia el nombre de la integrante del Tribunal Superior, Aída Tarditti. También la Senadora Alejandra Vigo se convirtió en defensora de una presencia femenina en la Corte y aportó a la nominación de la jueza cordobesa, que finalmente había sido descartada cuando el mileísmo iba por todo; ahora la atención sobre el tema volvió al Panal que sigue con interés la evolución del tema.