Este miércoles la Legislatura Unicameral de Córdoba fue escenario de lo más básico de la política y cámara de resonancia de la actividad que tiene en ese ámbito el lugar para disputar internas, espacios de poder y las disputas entre oficialismo y oposición, como debe ser.
Por primera vez en mucho tiempo los políticos cordobeses vuelven a tener la posibilidad de desplegar sus expectativas de representatividad interna y social y así lo están demostrando; un sector de legisladores opositores, quizás con ansias desmedidas, se esmeraron en lograr el poder y quisieron ir por todo, tomar el control de la Unicameral cordobesa, definiendo cuándo y cómo sesionar, queriendo ponerle fecha y hora a la sesión y también el temario; y no está mal, es el juego de la política, si no lo intentaran sería más preocupante; sin embargo pecaron de una inocencia puber, creyeron que podían lograrlo, que iban a poder ganarle a un peronismo que, no de casualidad, lleva tantos años en el poder político provincial.
Así lo que ocurrió en la Unicameral fue un intento de dan comienzo a una sesión con un temario definido por algunos opositores y el resultado final de que no lo lograron; en el medio el oficialismo sacó a elucir todas las herramientas de funcionamiento interno, principalmente la existencia de Comisiones que determinan los temas que luego trata el plenario y los consensos obligatorios que se necesitan para poder funcionar; al mismo tiempo los pasillos se convirtieron en el territorio de todas las internas, desnudando que no hay una sola oposición sino derechas, izquierdas y un medio con representantes de distintos sectores opositores que buscanganar protagonismo; al fin y al cabo la oposición también juega una carrera de posicionamientos para 2027.
En síntesis, mucho ruido y pocas neces, y probablemente esto va a continuar así, la referene de izquierda y el de Millei necesitan tener su figuración, mientras que los radicales tienen su interna en poco tiempo para designar autoridades, y después serán los posicionamientos a futuro, todo eso hace un conjunto que se sintetiza en un megáfono de una oposición estridente; y al mismo tiempo le termina de dar forma a un oficialismo que entiene el escenario y no teme enfrentarlo, es más, algunos lo ven como un ámbito donde afilar sus espadas pensando en próximas batallas políticas, para 2025 falta sólo un año y a nadie le disgustaría mudarse al Congreso nacional.
