La actividad política de La Calera parece capítulos de novela turca, o de una serie de Netflix, llena de idas y vueltas, de intrigas y de situaciones curiosas, con un protagonista sin experiencia que va de enredo en enredo.
El nuevo Intendente de La Calera, Fernando Rambaldi, no para de enfrentarse con distintas situaciones que no hacen más que llevarlo por un camino sinuoso y confuso; así como en diciembre, cuando apenas asumía, tuvo el problema de que no podía liquidar los haberes de los empleados municipales, por impericia según dijeron desde distintos sectores, un tema de gestión; ahora parece que se enfrenta con una situación política sopresiva que lo dejó sin la mayoría en el Concejo Deliberante, lo que indica que le será sumamente dificultoso gobernar con el cuerpo encargado de sancionar la normativa necesaria, opuesto a sus proyectos.
La semana pasada el Concejo Deliberante de la ciudad de La Calera tuvo su sesión preparatoria, algo habitual en todas las ciudades, donde se otorgan las licencias a los Concejales que no van a asumir sus cargos por diferentes cuestiones, asumen sus suplentes y se designan a las autoridades del cuerpo para el período en vigencia; normalmente todas estas definiciones se conocen y se organizan con anterioridad para que en el momento de la sesión simplemente se proceda a refrendar lo ya acordado, no ocurrió eso en la sesión del Concejo Deliberante de La Calera.
Quizás por la impericia del Intendente, o de sus funcionarios, llegaron a la sesión preparatoria sin los acuerdos necesarios y en el desarrollo de la misma se dieron cuenta de que estaban a punto de perder la mayoría absoluta porque una de sus Concejales tenía posiciones diferentes a las de sus pares de bloque, por lo que no los secundaría con su voto y eso significaba, entre otros temas, que tenían serio riesgo de perder la designación de las autoridades de la cámara; según parece quisieron «saltear» la designación de autoridades «renovando» las provisorias, y ante la evidente imposibilidad de lograrlo quisieron definir un cuarto intermedio para revisar la situación, pero lo hicieron simplemente levantandose de sus bancas y abandonando la sesión y el recinto, sin declarar el cuarto intermedio y ni siquiera arriar la bandera que preside cada sesión.
Lo que terminó ocurriendo es que la sesión siguió vigente, con el cuorum que ya le estaban dando los bloques opositores más la Concejal oficialista que no compartía las formas del «rambaldismo», y en consecuencia estos definieron como nueva presidenta del Concejo Deliberante a la Concejal oficialista Analia Marcos, radical, que junto al juecismo y el Pro comparten el frente rambaldista.
De esta manera el Intendente Fernando Rambaldi perdió la conducción del Concejo Deliberante y la mayoría automática, lo que significa que toda su gestión deberá estar signada por la negociación permanente con la oposición pero también con los Concejales de su propio bloque.