Tocó una última semana rara para campaña electoral, el feriado largo obligó a disminuir las actividades y quedan menos de dos días de la campaña provincial que terminará con la elección del gobernador el próximo domingo; el tema es que al otro día, el lunes 26 de Junio, en Córdoba comienza la campaña nacional para las PASO y se intensifica definitivamente la municipal para el próximo Intendente de la Capital.
Lo que para los desprevenidos pasa desapercibido, para los expertos no, y es el caso de los candidatos nacionales y municipales que necesitan seguir mostrándose optimistas y ganadores, lo que inevitablemente en Córdoba señala a Juntos por el Cambio y a Luis Juez.
Según todas las mediciones que se manejan en los distintos bunkers, la distancia de Martín Llaryora sobre Juez, a cuatro días de los comicios, ya es inalcanzable, y no sólo eso sino que además puede tener una contundencia tal que colocará al candidato de Hacemos Unidos por Córdoba no sólo como el gran ganador sino que también dejará al candidato de Juntos por el Cambio como el gran derrotado; y de eso es de lo que los otros candidatos de la coalición opositora escapan a toda velocidad.
Por eso, cuando sólo quedan dos días de campaña electoral, la alianza oficialista conducida por el peronismo de Córdoba sigue mostrando lo que fue su común denominador de campaña, el trabajo en equipo, con todos los candidatos juntos; mientras que en los opositores las agendas se separan y los candidatos nacionales definen otras prioridades.
«Es política y no puede haber rencores, las campañas siguen y Luis tiene que entender», aseguran desde Juntos por el Cambio, sobre todo desde la dirigencia radical y del PRO.
A juzgar por las caras y las actitudes de cada comando de campaña, la suerte está echada, lo que no se hizo ya no se podrá hacer y ya no hay tiempo para revertir lo que no funciona; Luis Juez no logró revertir la apatía radical en el interior, donde nunca consiguió el apoyo de la militancia de sus socios para «dar vuelta» la elección; y mucho menos consiguió cambiar la voluntad del electorado de Capital, donde jamás logró superar la imagen de mala gestión que lo acompaña desde que fue Intendente de la ciudad.
