Es un secreto a voces que muchos en la UCR de Córdoba se habían desacostumbrado a militar como radicales y que en los últimos años se volvió normal aportar a otras banderas: a Macri en Juntos por el Cambio, a Juez en las versiones locales de la misma alianza, y en los últimos tiempos a la nueva versión liberal que encabeza el presidente Milei y a la que adhieren fervorosos más de un dirigente; sin mencionar a los que, por diferentes motivos y con más o menos entusiasmo, aportan para Provincias Unidas.
Quienes recorren la provincia dicen que es penoso ver cientos de comités cerrados, mientras sus dirigentes se encuentran en campaña pero para otra fuerza política, hay nombres notables y peor aún, hay legisladores radicales militando para otras listas.
Quienes conocen los detalles juran que son varios los legisladores provinciales que se sientan en ese bloque en el recinto pero que hoy militan para La Libertad Avanza, por mencionar algunos: José Bría; el legislador por Calamuchita Mauricio Jaimes, el ex Intendente de Hernando Gustavo Botasso; la familia Negri, con el ex Concejal Juani promoviendo su candidatura a Intendente de Córdoba por Provincias Unidas; y también se mencionan a Diputados nacionales, como la ya conocida posición de Luis Picat, mal llamado radical con peluca, que en los últimos días no tuvo pudor en abrir un local de La Libertad Avanza en Jesús María; o como Soledad Carrizo, la representante radical del norte, que también tiene sus comités cerrados.
Incluso se asegura que algunos dirigentes radicales trabajan en contra de la campaña de su partido, boicoteando el desarrollo de las acciones que llevan adelante Ramón Mestre y el resto de los candidatos, intentando vaciar actos y encuentros e incluso operando sobre la prensa local para restarle micrófonos y difusión a la UCR.
El radicalismo de Córdoba se encuentra ante una situación coyuntural que tendrá un antes y un después de este 26 de octubre, y habrá que ver adónde quedan parados, o no, muchos de los que hoy se dicen dirigentes radicales.
