Dos situaciones llamaron la atención la semana pasada, una foto y un discurso inesperados para algunos, «lo que pasa es que los periodistas y las segundas líneas por ahí no conocen toda la situación», le dijeron fuentes cercanas a las partes, a Política Córdoba.
Las dos ocurrieron el mismo día, el jueves 13 de mayo; por un lado fue la defensa que el Legislador Juan Manuel Cid, llaryorista de pura cepa, hizo del Vicegobernador Manuel Calvo en la comisión de Asuntos Constitucionales, Justicia y Acuerdo de la Legislatura a raiz de un pedido de juicio político que pesa sobre el funcionario provincial, y sobre el cual Cid se volverá a expresar en el plenario legislativo esta semana; la sorpresa de muchos fue la situación pero además el énfasis puesto por Cid en defensa de Calvo.
La otra situación que llamó la atención fue la fotografía registrada el jueves pasado en el barrio Los Artesanos de la ciudad de Córdoba cuando el intendente de la ciudad de Córdoba, Martín Llaryora, y el vicegobernador a cargo del Ejecutivo provincial, Manuel Calvo, se encontraron en el acto de urbanización del sector, caminaron juntos, hicieron un cordial choque de puños y se sacaron las fotos que recorrieron todas las redacciones.
La sorpresa de muchos tiene que ver con que los dos funcionarios, Llaryora y Calvo, nativos políticamente del departamento San Justo, mantenían una disputa política que se originó en las internas departamentales y que, en teoría, se habría hecho extensiva a las definiciones provinciales, sin embargo, como dijeron fuentes cercanas a los dirigentes, «las segundas líneas por ahí no conocen toda la situación».
En realidad quien habría mediado hace algún tiempo es, una vez más, el Secretario de Integración Regional Jorge «zurdo» Montoya, limando las asperezas en nombre de la importancia de la unidad para la continuidad del proyecto de Hacemos por Córdoba; además, afirman las fuentes, «no hubiesen podido seguir adelante si no hubieran limado las asperezas».
Es sabido también que en las internas políticas existe el derecho a veto de un dirigente hacia otro, y hacia ambos de parte de su jefe político, si no pueden ponerse de acuerdo, razón más que clara para sostener lo que afirman los allegados.
Así es que la afirmación de que «Martín y Calvo tienen muy buena onda», o la otra que dice que «entre Llaryora y Manuel está todo bien», parece confirmar que aquella disputa quedó en el pasado y se hizo oficial con la foto de la semana pasada, puntillosamente organizada, y con la defensa del Legislador Juan Manuel Cid a Manuel Calvo.

