La abominable ofensa que mereció el repudio de casi la totalidad de los argentinos que asistieron de manera atónita a las desagradables expresiones del principal tuitero del presidente Javier Milei, Daniel Parisini, que firma con el seudónimo de Gordo Dan, cedió el terreno al análisis y los posicionamientos políticos, con todo el arco opositor, de izquierda a derecha, despreciando al puntero del presidente, e incluso con el propio Guillermo Francos, Jefe de Gabinete nacional, desautorizando a Parisini y asegurando que no forma parte del gobierno.
Lo primero a tener en claro es que «el gordo dan», más allá de representar un personaje border, siempre ha sido la expresión burda, pero paraoficial, del presidente Javier Milei, y jamás ha dicho nada que no piense el mandatario; lo siguiente es precisar que el agresor de Juez, Parisini, responde a Santiago Caputo, uno de los adláteres del presidente y en consecuencia esto explica el rechazo de Francos a lo obrado por el tuitero, es decir que esto se trata de una puja interna entre sectores de La Libertad Avanza.
Porque lo otro que hay que agregar es que, más allá del insulto, «el gordo dan» y sus secuaces en las redes, continuaron con todo tipo de manifestaciones en contra del Senador cordobés, lo que demuestra también que no se trató de un exabrupto de un loquito, como quisieron hacer creer algunos, sino que fue un movimiento fríamente calculado para dejar muy en claro que no aceptan a Juez en La libertad Avanza.
En consecuencia, lo que queda claro es que el ataque a Juez no se trató de sólo un insulto aislado, sino que fue una acción política en la que el presidente y su hermana, conductores de La Libertad Avanza, son los que tienen la palabra para dirimir hacia uno u otro lado. Son ellos los que tendrán que decidir qué quieren hacer con Juez.
Por ende, llama la atención a esta hora el silencio de Luis Juez y todo su partido, el Frente Cívico, que no se expresaron sobre el tema, apenas un timorato tuit de Martín Juez, el hijo de Luis, expresando tibiamente la ofensa, pero diciendo que seguirán militando para La Libertad Avanza; el senador ofendido guarda un silencio que estremece.

