La Unión Cívica Radical de la provincia de Córdoba hizo la peor elección de su historia y se busca a los responsables, que no es uno sino muchos, o al menos los varios que tomaron decisiones de manera consciente, aunque es imposible imaginar que todos los que decidieron militar para otro partido político no se den cuenta de las consecuencias de sus actos.
El radicalismo de Córdoba obtuvo el 3,2% de los votos emitidos, o lo que es peor aún, y ahí se mide la cabal envergadura del daño, tan solo 62.863 cordobeses eligieron a la UCR en las elecciones en la provincia; con este resultado quedó en sexto lugar, detrás del Partido Libertario de Agustín Spaccesi y sin ningún representante cordobés en el congreso nacional.
La primera tendencia es responsabilizar a Ramón Mestre, como la cara visible en estas elecciones, por el desastre; sin embargo basta revisar los resultados por localidad, y más puntualmente en los Departamentos y ciudades de donde son nativos cada uno de los principales dirigentes, o quienes aún son diputados hasta el 10 de diciembre, para confirmar que la responsabilidad es compartida por todos.
Los diputados cordobeses que llegaron al Congreso como radicales, Rodrigo De Loredo y Soledad Carrizo, militaron la campaña para La Libertad Avanza, y así lo demuestra el contundente resultado en sus ciudades; más grave aún es el caso de Luis Picat, quien hasta abrió un local de La Libertad Avanza en su ciudad, Jesús María; de manera más solapada se conoció que lo mismo hicieron varios legisladores provinciales, entre los que se menciona a José Bría, Alejandra Ferrero, Mauricio Jaimes, Gustavo Botasso, entre varios.
El propio presidente del partido, el Intendente de Rio Tercero Marcos Ferrer, es señalado en el mismo sentido, y a juzgar por sus resultados electorales la situación es la misma.
Más allá de los nombres propios en la responsabilidad del resultado electoral la incógnita es qué hará la Unión Cívica Radical, qué tienen pensado sus principales dirigentes; claramente un sector mayoritario del partido se orienta a una alianza con La Libertad Avanza, mientras que otro, los menos aparentemente, reniegan de esa posibilidad; y por otro lado se alinean un poco más tímidamente los que aceptan la invitación del oficialismo provincial para sumarse a la alianza Provincias Unidas.
Pero la realidad es que el partido que consiguió millones de votos, que convocó multitudes con Raúl Alfonsín, Eduardo Angeloz, Ramón Bautista Mestre y Rubé Martí hoy es una sombra desconocida de lo que fue, y sus dirigentes también.

