Mientras la Justicia Electoral de Córdoba, en un papelón histórico, aún no logra terminar el escrutinio provisorio de votos de las elecciones provinciales, Martín Llaryora se convirtió en Gobernador de los cordobeses con el 3% de los votos totales de diferencia sobre Luis Juez, cuando las expectativas eran de un resultado con una diferencia mucho mayor; qué pasó, por qué no se llegó a esos números, es el análisis que comienza por estas horas.
La primera convicción es que Marín Llaryora ganó por sus propios votos, obteniendo las diferencias mayores en la ciudad de Córdoba, en el Departamento San Justo y en la ciudad de San Francisco.
Al mismo tiempo y de la observación de los datos duros del escrutinio provisorio están a la vista los resultados negativos, y abultados, en varios Departamentos, y ciudades de la provincia donde todas las premoniciones pre anunciaban un triunfo del oficialismo; y en ese sentido es importante marcar las duras derrotas en la ciudad de Villa María y el Departamento San Martín, de la misma manera en la ciudad de Río Cuarto y el Departamento homónimo, así como otros resultados muy difícil de aceptar para el oficialismo como los sufridos en ciudades como Cruz del Eje, Villa Carlos Paz, Villa del Totoral, Sana Rosa de Calamuchita, entre otras.
Sólo algunos datos de los tantos que a esta hora se analizan en el oficialismo provincial, que mantuvo la gobernación pero con un resultado mucho más ajustado de lo esperado por los malos números de muchas localidades y departamentos de la provincia cuyos dirigentes aseguraban otra perfomance.
Por la oposición provincial las aguas no están muy calmas, con los resultados a la vista claramente hubo un corte en la voluntad de sus votantes que eligieron a los legisladores de Juntos por el Cambio pero no a Luis Juez, no votaron lista completa, y eso también se está analizando detalladamente.
El análisis recién comienza, será pormenorizado y servirá para configurar un nuevo plano de la provincia de Córdoba y de los dirigentes del oficialismo.
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