Las disputas por las conducciones de los Centros Vecinales en Córdoba suelen estar teñidas de política partidaria, es un secreto mal guardado de muchos dirigentes que tienen sus punteros barriales, o a algún familiar de estos, entre los candidatos.
En muchos casos los objetivos vecinalistas suelen ser conseguir asfalto o alumbrado público para el barrio, o alguna otra carencia cotidiana; en cambio en el Cerro de las Rosas la cosa es otra, donde las carencias no son tales, y las ideologías pasan a ser más intereses que principios de vida.
Por estos días la dura disputa se da entre dos listas, la 25 y la 10, en principio una oficialista y la otra opositora; con cruces de acusaciones que sindican a una como pro lineamientos municipales y a la otra como pro negocios; la realidad es que hay un poco de cada cosa en las dos.
Luego del accionar sujeto a derecho de las autoridades vecinales hoy la discusión está en la justicia y nadie sabe si finalmente van a poder participar las dos en una elección que tiene la fecha en duda, todavía no se puede asegurar si será el próximo domingo, y si las dos listas serán autorizadas.
Lo llamativo del caso es que acá no se enfrentan peronistas, radicales, libertarios o camporistas; por la conducción de este Centro Vecinal de la ciudad de Córdoba chocan verdaderos pesos pesados, auto titulados como familias Patricias, con altas ascendencias y mejor linaje, con apellidos célebres y propiedades que en ningún caso bajan del cuarto de millón de dólares; discusión a la que también se suman, de manera solapada, hombres importantes de la justicia, de la política de la ciudad, pero no punteros sino altos, importantes, funcionarios capitalinos, y gente de negocios significativos, hasta dueño de varios medios de comunicación tercia en el tema, solapadamente.
Y lo otro significativo es que aseguran que en este debate lo que prima, más que intereses vecinales, es una visión del futuro del barrio donde los negocios particulares no quedan afuera.
Es digno mencionar que hay algunos dirigentes con intereses vecinalistas genuinos, como en todos lados.
