«No tiene ni dos votos» (…) «es la intendenta de un pueblito de m…», «no la conoce nadie», estos y otros epítetos se escucharon de parte de algunos dirigentes radicales de Córdoba en contra del la Vicegobernadora electa, Myrian Prunotto, que ha manifestado la intención de la agrupación que representa, «Radicales Auténticos», de ir por la democratización y la conducción de la Unión Cívica Radical en la provincia.
Históricamente enfrentada con «las cuatro familias» que conducen la UCR de Córdoba, Prunotto hace años que reclama una apertura de la fuerza política a la que pertenece, con participación para las mujeres y los dirigentes del interior. Una y otra vez recibió el rechazo de las sucesivas conducciones partidarias dominadas por los Negri y los Mestre alternadamente.
La ex intendenta de Estación Juárez Celman, en el norte de la provincia de Córdoba, nunca logró los reconocimiento por los que luchó para los sectores postergados y lo último fue la negativa al pedido que encabezó, junto a otros dirigentes del interior, de una interna democrática para elegir a los candidatos del partido para las elecciones de este año.
Tampoco consiguió esa posibilidad y decidió alejarse en disconformidad con la decisión de su partido de alinearse tras la candidatura de Luis Juez para la gobernación, sin habilitar internas para otros aspirantes a esa candidatura.
Cuando finalmente Prunotto es elegida Vicegobernadora, luego de aliarse con Hacemos Unidos por Córdoba e integrar la fórmula provincial, las autoridades de la UCR de Córdoba decidieron expulsar del partido a la dirigente radical aduciendo que «se fue al peronismo», cuando la realidad de lo que ocurre es que ambas alianzas mayoritarias en Córdoba están integradas por dirigentes del peronismo, del radicalismo y del PRO.
A esta decisión anunciada por quienes hoy conducen el radicalismo de Córdoba la dirigente respondió concurriendo a la sede partidaria a reclamar su derecho a defensa y a insistir en la democratización del partido, pero se encontró con las puertas y ventanas cerradas y lógicamente no fue recibida por nadie.
Myrian Prunotto asegura que tras esta actitud de la dirigencia radical hay una intención de discriminación de género y una desesperada maniobra de conservar la autoridad en «las cuatro familias», habrá que comenzar a analizar si no hay un temor real a la última parte de la frase y efectivamente quienes hoy detentan el gobierno del partido, de forma prorrogada porque no hubo elección interna, tienen miedo a que la Vicegobernadora, junto a otros dirigentes radicales que coinciden con ella, puedan finalmente arrebatarles una conducción partidaria que lleva más de veinte años.
