En un hecho de profunda significancia para la vida democrática de Córdoba, efectivos de la policía de la provincia agredieron físicamente a periodistas que realizaban la cobertura de una protesta gremial y social en el centro de la ciudad.
Como quedó claramente documentado por las imágenes fotográficas y fílmicas, durante el transcurso de una protesta de sectores sociales y gremios como ATE Córdoba, frente a las Dependencias de Desarrollo Social en la ciudad de Córdoba, efectivos policiales procedieron a reprimir la manifestación por presuntos hechos violentos protagonizados por manifestantes; hasta ahí prácticamente una crónica diaria que los periodistas cordobeses están acostumbrados a relevar casi de manera rutinaria.
El problema fue que esta vez, y en apariencia porque se pretendía que los periodistas no documentaran parte del accionar policial, fueron violentados por algunos efectivos policiales, que no portaban el sticker identificatorio, obligatorio, en su uniforme; el ataque fue artero y consistió concretamente en golpes de puño sobre el rostro de un periodista, violentos golpes con el codo, de manera intencional, a otro, que le provocó una fuerte caída; y agresiones varias a fotógrafos y camarógrafos; en una imagen que a varios colegas hizo recordar los primeros tiempos del retorno de la democracia donde una policía acostumbrada a ejercer la violencia reprimía a mansalva a quienes intentaban manifestarse, y también a la prensa.
Lo curioso de esta situación es que, requerido el ministro de seguridad de la provincia, Juan Pablo Quinteros, sobre el accionar policial, que está claramente documentado y que tiene como víctimas a muy reconocidos periodistas de la ciudad de Córdoba; el funcionario optó por relativizarlo, defender la violenta acción policial, y sólo se limitó a expresar que iba a ser revisado por las autoridades policiales, cuando es él el primer responsable del área y en consecuencia del accionar de sus subordinados.
Triste evento que le hace flaco favor a la democracia que aún debe ser defendida de estas situaciones que debieran ser perseguidas con todo el rigor, que hasta ahora el ministro no ha mostrado.

