En relación al conflicto de intereses que acontece en el gobierno nacional, y parafraseando a Andrés Calamaro en su hit Elvis está vivo, cuando dice «Bob Dylan también lo sabe, pero Bob es muy discreto y no dice nada, será mejor así», podría decirse que el Gobernador de Córdoba también lo sabe todo, tiene la experiencia, los contactos y las comunicaciones para estar informado y conocer todo lo que ocurre en el seno del Gobierno nacional, lo que está pasando en la Casa Rosada y también en Olivos, sin embargo no va a emitir opinión al respecto.
Nunca tan apropiado como en este momento la aplicación de una de sus muletillas más habituales «no me corresponde opinar sobre el tema»; Juan Schiaretti no va a decir nada ni va a tomar partido en el conflicto entre el Presidente Alberto Fernández y la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, primero porque el enfrentamiento se produce en un espacio al que no pertenece, si bien son peronistas también están enrolados todos en el Frente de Todos y Juan Schiaretti nunca estuvo ahí, al contrario, los enfrentó en todas las elecciones que hubo, o al menos «prescindió» de acompañarlos; y segundo por que la situación se produce hacia adentro del Gobierno nacional y el Gobernador de Córdoba siempre ha preferido abstenerse de acercarse demasiado al poder nacional.
Sin embargo sí se puede afirmar que Schiaretti está preocupado, muy preocupado, por lo que está ocurriendo en el gobierno nacional y en el Frente de Todos.
En relación a lo que ocurre institucionalmente el Gobernador de Córdoba se preocupa por dos aspectos, el plano externo por el impacto que este conflicto produce en el gobierno nacional, y por ende en la Argentina, sobre todo desde el punto de vista económico financiero; y el interno porque estos días las decisiones administrativas, sobre todo las que tienen que ver con decisiones políticas, han quedado prácticamente paralizadas por la crisis.
Y también le preocupa a Juan Schiaretti el impacto político, porque más allá de que sea un conflicto del Frente de Todos, dónde él no está incluido, no se le escapa al «gringo» que para el ciudadano común se trata de un problema del peronismo en general y la mala imagen y las consecuencias las van a pagar todos los peronistas, sin distinción de agrupamientos internos; además de que la oposición por supuesto va a aprovechar para denostar a todo el peronismo y el de Córdoba no se va a salvar por ser diferente.
Por esa razón, cuentan sus allegados que esta situación está lejos de alegrar a Juan Schiaretti como opositor interno, al contrario, la está siguiendo minuto a minuto y también está haciendo los aportes que, desde su posición, puede hacer.
