«Escondieron a Javier Milei porque está con una fuerte desestabilización mental. Hace 4 días que está con cinco psiquiatras y no logran estabilizarlo. Su cuadro empeoró al leer algunas encuestas y la pelea en la Embajada de EEUU. No saben en que estado llegará al domingo».
«Está fuera de control. Si el debate era hoy, ahí terminaba la campaña», «algo que lo puso muy nervioso a Javier es la cantidad de estupideces que hizo Marra en estos días».
«Vos pensá que si no lo estamos pudiendo mandar a entrevistas con periodistas amigos, en un debate donde le van a tirar de todos lados, es más peligroso. Tenemos un miedo bárbaro».
Estas son sólo algunas muestras de las tantas cosas que se dicen a esta hora de Javier Milei, algunas provienen de personas que se ubican en contra de los lineamientos políticos que muestra, otros llegan de seguidores suyos; el candidato a Presidente ha logrado llamar la atención y generar seguidores y detractores con su manera de ser, con sus formas extremas de presentar sus ideas, formas que para muchos son indicativas de una situación emocional y psíquicas no ordenadas.
Lo cierto y concreto es que hace tres días que el líder de La Libertad Avanza no aparece públicamente, la última vez que se supo de él fue por su reunión con el embajador de Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley; dicen, y siempre todo es expresado en modo potencial porque nadie lo confirma oficialmente, que esa reunión fue la eclosión para una serie de acontecimientos que vinieron ocurriendo y que le hicieron terminar de entender al candidato libertario una situación de precariedad política que en el fragor de la campaña, y de sus propias características personales, no podía ver, y que «su manera de entender implica reacciones poco ortodoxas».
De las varias fuentes consultadas, algunas aseguran que el candidato presidencial habría dicho que «si los Estados Unidos no me quieren, yo me bajo»; según indican, en el diálogo con Stanley habrían repasado el rosario de declaraciones públicas de Milei acerca de sus ideas económicas y políticas, lo único que se conoce del candidato con alguna apariencia de «proyecto» de gobierno, y en la misma embajada le habrían echo ver lo impracticable de sus dichos, cuando no descabellados en algunos casos.
Para peor de males, de nuevo el potencial, le habrían mostrado también su absoluta soledad, su falta de equipo, y lo poco consistente de quienes lo rodean, entiéndase por tales a su hermana Karina, a la influencer candidata a diputada, Lilia Lemoine o su candidato a Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Ramiro Marra, todos con declaraciones públicas mostrando coherencia con el estilo Milei pero que han sido muy mal interpretados públicamente.
El hastag #DondeEstaMilei es tendencia por estas horas en las redes sociales, los rumores más extremos indican que no se presentaría al debate de candidatos del domingo pero nadie cree eso como posible, «Faltar no puede faltar, eso lo dejaría desnudo frente a los propios incluso, y la moral declinaría, podría ser un golpe fatal. Pero ir en estas condiciones es peligrosísimo también» indican sus mismos allegados, pero lo que nadie logra explicar es dónde y cómo está, y cuanta veracidad hay, o no, en los rumores que lo ubican en un estado de emoción violenta que están tratando de controlar; sus fanáticos prefieren creer la versión más benigna, que simplemente se está preparando políticamente.

