La Unión Cívica Radical de Córdoba vive por estos días un intenso debate interno sobre cuál es el que camino que debe seguir, primero en la cuestión electoral, y después en cuanto a su destino partidario; la actual dirigencia del radicalismo cordobés está siendo altamente cuestionada por buena parte de la dirigencia en toda la provincia y de sus militantes que ven a la gestión encabezada por Marcos Carasso muy cerrada, parcializada y sin lugar para la participación de todos.
Entre los cuestionamientos que caen sobre la conducción cordobesa del centenario partido se incluye la dura apreciación de que en realidad la dirigencia partidaria sólo hace lo le le parece y le conviene a uno o dos dirigentes provinciales sin reparar en lo que piensa el resto de la Unión Cívica Radical, ya el debate de Villa Giardino tuvo muchas expresiones en este sentido y las mismas no se han acallado, al contrario, a medida que avanza el proceso electoral las aguas se agitan cada día más en virtud de cuál es el rumbo que debe tomar la UCR de Córdoba.
Oficialmente el partido, y sus principales dirigentes como Mario Negri y Ramón Mestre, entre otros, alineados en Juntos por el Cambio, la coalición que también cruje a nivel nacional, parecen acompañar la candidatura a gobernador de la provincia de Córdoba de Luis Juez, el fundador del Frente Cívico que como todos saben es de origen y convicciones peronistas que muchas veces lo han llevado a estar enfrentado con el radicalismo cordobés.
Esa orientación de la conducción radical cordobesa está siendo muy cuestionada por muchos que reclaman un protagonismo radical, con candidatos radicales y con la participación de toda la dirigencia a la hora de las definiciones, especialmente la del interior de la provincia; y estas definiciones han hecho también que otros dirigentes radicales cordobeses, como Myrian Prunotto y Carlos Briner, dos reconocidos intendentes radicales, planteen que no están de acuerdo con seguir al Senador nacional Luis Juez.
Así están las cosas en el radicalismo de Córdoba, donde podría plantearse a grandes rasgos la pugna de dos sectores, uno, el oficialismo, que intenta imponer la candidatura de Juez que es resistida por otros, a quienes acusa de trabajar políticamente para el adversario, lo que es respondido por estos con la misma acusación.
Un debate que por ahora no tiene definición y si continuidad y que en las últimas horas ha generado duras acusaciones de parte del dirigente de la UCR Córdoba Marcos Carasso, y del legislador provincial Dante Rossi, contra la Intendenta Myrian Prunotto puntualmente a quien acusan de «peronista», el peor epíteto con el que se puede calificar a un radical; estas acusaciones generaron la reacción de otro reconocido dirigente, Javier Fabre, Presidente de la histórica Línea Córdoba que durante muchos años lideró al radicalismo cordobés; Fabre salió a responder las acusaciones de Carasso sosteniendo: «El presidente de la UCR acusa a Prunotto de jugar con el peronismo. Lo dice Carasso que es empleado de Juez, !de Luis Juez! que es más peronista que mojarse el pelo en el boliche, más peronista que bajar la botella de la mesa, más peronista que tener una amante teñida».
Y no terminan ahí las apreciaciones de Fabre quien agrega, «Más peronista que culiar escuchando cumbia, más peronista que ir al colegio a la noche, más peronista que chapar en la parada del bondi, más peronista que tener una coupé fuego, más peronista que poner vidrio cortado en la tapia, más peronista que sacar la pelopincho a la calle».
Por supuesto que luego Fabre aclaró que se trataba de un chiste, «Es una chanza, no se pongan loquitos», pero bien vale para describir el estado de ebullición en el que se encuentra el radicalismo cordobés donde unos se acusan a otros de peronistas, como toda la carga negativa que esto significa hacia adentro de la Unión Cívica Radical de Córdoba, pero que de fondo tiene que ver con un profundo debate, cuál será el destino del radicalismo en los próximos tiempos.
